Ediciones piratas de libros.
Pensando estos días sobre mi anterior post “¿Se puede utilizar la Palm como libro electrónico?” me hago la siguiente pregunta: ¿Cómo puede ser que exista tan poca oferta de lectura digital?
Y es que estoy seguro de que la cadena de edición de libros obtiene muy pronto un “master digital”. En muchos casos supongo que los autores ya trabajan directamente con ordenadores. Pero aunque no sea así, aunque utilicen el “boli”, es lógico que rápidamente se obtenga una copia digital con la cual se empieza a trabajar en revisiones y mejoras. Por eso me extraña la ausencia de intentos (excepto en casos muy aislados) de comercializar versiones electrónicas de los libros. ¿No será miedo de los editores al efecto napster?. Me imagino que cuando los editores de libros ven el estado actual de la industria discográfica deben sentir terror a las copias ilegales.
En realidad, cualquiera que haya buscado un poco sabrá que la oferta real de libros electrónicos es grandísima. En Internet se pueden encontrar sitios con copias escaneadas piratas de muchos libros. Los problemas de estas ediciones piratas son:
- Primero de todo una pura cuestión legal y ética. Son copias piratas que no pagan derechos de autor. Con lo cual no se recompensa al autor. Creo que por muchas objeciones que algunos quieran poner al mercantilismo en la literatura, nadie pone en duda que hay que incentivar al autor.
- Dichas copias son escaneadas y revisadas por aficionados que dedican sus horas libres y que no producen un resultado profesional. Suelen estar llenas de erratas y errores de escaneo.
- Existe una abrumadora mayoría de literatura de género (del género de la ciencia ficción, vamos :-) ). Si buscas otro tipo de literatura, tus posibilidades de encontrar algo disminuyen mucho.
- Existe una carencia completa de novedades editoriales. Las posibilidades de encontrar un libro de menos de dos años son prácticamente nulas.
¿Hasta cuando deberemos soportar esta situación? Yo espero que se desarrollen cuanto antes técnicas de anti-copia adecuadas que quiten el miedo a los editores.