Estrés post-vacacional
Estoy francamente cansado de este tema (el estrés post-vacacional) que en estas fechas, año tras año, se repite ad nauseam en las televisiones, periódicos y radios. Que a veces se nos hace difícil levantarnos de la cama por la mañana, cuando suena el despertador, es algo común. Que más difícil todavía se puede llegar a hacer después de haber perdido la costumbre tras un mes de vacaciones es algo obvio y que no merece tantos minutos en los medios.
El problema, en mi opinión, es la tendencia que existe en la medicina actual a hacer de cualquier problema una enfermedad. Recuerdo haber leído a Lou Marinoff, el autor de Más Platón y menos prozac, las claves de esta tendencia absurda: Por un lado el interés de los médicos, psicólogos y psiquiatras que ven de este modo aumentada su clientela con estos nuevos enfermos (creados por estas “nuevas enfermedades”.) Por otro, el interés de la industria farmaceútica que encuentra nuevos compradores para sus productos. ¿Alguien duda de lo lucrativo que resulta la venta de Ritalín, un medicamento que se prescribe habitualmente para la hiperactividad infantil? Antes esos niños eran simplemente niños revoltosos y no precisaban de ningún medicamento.
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