La fuente de todos mis problemas
Bueno, pues no se cual es la fuente de todos mis problemas. Ni siguiera se si tengo demasiados problemas :-) Si tú quieres encontrar la fuente, te prometo que te diré cómo hacerlo al final de esta entrada.
Lo cierto es que llevo justo un mes sin escribir nada por aquí y no hay una razón demasiado definida. ¿Mucho trabajo? Bueno, lo normal. No más del que tengo otros meses en los que he escrito casi a diario. ¿Falta de inspiración? Creer que para escribir estas pequeñas notas tecnológicas hay que estar inspirado sería demasiado autocomplaciente.
En la primera entrada de más que código (hace casi un año) me preguntaba “¿Por qué creo este weblog?”. Mi segunda respuesta entonces está demostrando ser de lo más acertado:
Para coger soltura con el teclado, para intentar luchar contra una especie de esclerosis expresiva que me he autodiagnosticado.
Y es que está demostrado que cuanto menos escribe uno, más cuesta volver al teclado. Bien. Pues aquí estoy. De vuelta al trabajo, de vuelta al weblog, de vuelta al teclado.
Ahora lo que te he prometido: ¿quieres encontrar tú la fuente? Pues prueba en Identifont (página de la que supe gracias a Trasteando).
Un saludo Juanjo.
Un saludo.
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